El Señor, pues, nos expuso lo que propuso. Vean qué elegimos ser en su campo; consideren cómo nos hallará el día de la siega. El campo, que es el mundo, es la Iglesia difundida por el mundo. Quien es trigo persevere hasta la siega; los que son cizaña, conviértanse en trigo. Porque entre los hombres y las verdaderas espigas y la cizaña real hay esta diferencia: con referencia a lo que había en el campo, la espiga es espiga y la cizaña es cizaña. En cambio, en el campo del Señor, esto es, en la Iglesia, a veces, lo que era trigo se vuelve cizaña y lo que era cizaña se convierte en trigo; y nadie sabe lo que será en el futuro. Por eso, el padre de familia no consintió arrancar la cizaña a sus braceros indignados; querían arrancarla, pero no les permitió separar la cizaña. Hicieron lo que era de su incumbencia y dejaron la separación a los ángeles. Ellos no querían reservarles la separación de la cizaña, pero el padre de familia, que conocía a todos y sabía que era menester dejar para más tarde la separación, les mandó tolerar la cizaña, no separarla. Habiéndole dicho ellos ¿Quieres que vayamos y la recojamos?, respondió: No, no sea que, al querer arrancar la cizaña, arranquéis también el trigo. —«Entonces, Señor, ¿estará también la cizaña con nosotros en el granero?» —«En el momento de la siega diré a los segadores: recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla. Tolerad en el campo lo que no os acompañará en el granero».
Escuchen, amadísimos granos de Cristo; escuchad, amadísimas espigas de Cristo; escucha, amadísimo trigo de Cristo; mírense a ustedes mismos, retornen a sus conciencias, interroguen su fe, pregunten a su Caridad, despierten su conciencia; y si reconocen que son granos, venga a sus mentes: Quien persevere hasta el fin, ese se salvará. Pero quien, al examinar su conciencia, encuentre ser cizaña, no tema cambiar. Todavía no hay orden de cortar, aún no es el momento de la siega; no seas hoy lo que eras ayer, o no seas mañana lo que eres hoy.
Para reflexión personal
Podemos ser trigo o cizaña en distintos aspectos de nuestra vida. ¿Has revisado tu corazón para ver que hay que corregir y que hay que mejorar?